Guía de Shanghái, la ciudad que no esperas

Guía de Shanghái, la ciudad que no esperas

De todas las ciudades de la China continental (es decir, excluyendo Hong Kong y Macao), Shanghai es la ciudad más occidental. Pero eso es mucho decir en un país con una visión muy particular de las cosas y con mil cuatrocientos millones de habitantes, así que nada aquí es lo que uno espera. Esta es la ciudad más importante del país, pero prácticamente todo el desarrollo que se ve hoy empezó hace apenas 30 años. Empezamos la aventura en China, un país que, visto lo visto, nos va a dar más de una sorpresa.

Dónde alojarse

Shanghai está dividido en 16 distritos: Huangpu (黄浦), Xuhui (徐汇), Changning (长宁), Jinan (静安), Putuo (普陀), Hongkou (虹口), Yangpu (杨浦), Minhang (闵行), Baoshan (宝山), Jiading (嘉定), Pudong (浦东), Jinshan (金山), Songjiang (松江), Qingpu (青浦), Fengxian (奉贤), Chongming (崇明). Todos ellos distintos entre sí, y con grandes contrastes incluso entre zonas del mismo distrito.

Es por eso que la mayoría de turistas deciden alojarse principalmente en una de estas tres zonas:

Concesión francesa (French concession)

Cuando Shanghái no era la megalópolis que es hoy, el desarrollo de grandes áreas de la ciudad se cedió a otros países para favorecer la inmigración y la modernización de una ciudad que, por entonces, no tenía demasiado peso en el país. Este es el caso de la antigua concesión francesa, un lugar con un (sorpresa) toque afrancesado, casas nobles y centenares de cafeterías, restaurantes y alejado del bullicio y las grandes avenidas.

Pese a todo, esta es una de las zonas mejor conectadas de la ciudad a través del metro. Las calles Wukang Lu, Fuxing Lu, Tai’an Lu y Dongping Lu son imprescindibles; en esta zona cualquier turista occidental se encontrará como en casa, algo que seguramente agradecerá si esta es la primera parada en el país y al final del día necesita «desconectar» un poco de la parte más china de la ciudad. O, al menos, de su bullicio.

The Bund

Si planeas quedarte en Shanghái pocos días (3 o menos) probablemente prefieras estar en una ubicación más céntrica, vibrante y siempre activa. The Bund es el paseo marítimo frente al skyline más típico de la ciudad (la zona al otro lado del mar, Pudong, un área principalmente financiera y de rascacielos) con multitud de edificios de estilo colonial.

Skyline clásico de Shanghái, visto desde The Bund

La mayoría de grandes hoteles están aquí, aunque los precios son también más altos. No tan bien conectada mediante el metro, es fácil moverse a pie desde aquí hasta otras zonas de la ciudad y hacia zonas comerciales como Nanjing.

People’s Square

Esta plaza no tiene un interés turístico especial, pero la zona está muy cerca de zonas comerciales, de The Bund, y de estaciones de metro de las líneas 1, 2 y 8. Muy, muy concurrida pero muy práctica si se prefiere estar más cercano a las principales atracciones de la ciudad.

¿Hotel o apartamento?

Hoy que existen tantas opciones de alojamiento, esta es una pregunta habitual entre viajeros que se mueven por cualquier lugar del mundo. Shanghái es una gran ciudad, y por tanto hay multitud de opciones tanto para quedarse en hoteles como para apartamentos de alquiler (tipo Airbnb).

Los hoteles en China, en general, no son los más nuevos del mundo; y la fama que les acompaña con respecto a la limpieza tiende a ser cierta. Pero en el caso de los apartamentos esta realidad se repite. Los apartamentos, eso sí, son más económicos, con la ventaja de que -además- ofrecen cocina y algo más de privacidad. A cambio, el servicio de habitaciones o las comodidades de un hotel no estarán presentes.

Algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de alquilar un apartamento en Shanghái es que la ley es muy estricta al respecto. Actualmente (datos de octubre de 2018) el gobierno de la ciudad obliga a dueños y propietarios a registrar cada estancia en una comisaría. Esto significa que, sí o sí, nada más llegar a la ciudad tendrás que acercarte a una estación de policía y llevar la documentación necesaria.

Desconfía de propietarios que no te hablen del tema o que te digan que no hace falta. Puedes acabar en problemas en un país en el que (seguramente) no hablas la lengua. La estancia mínima permitida por ley es de un mes, pero los propietarios normalmente rellenarán la documentación por ti asegurando que tu estancia será de 30 días. Ya sabes, hecha la ley…

Al margen de esta incomodidad, las ventajas son muchas. Precios inferiores, más oferta, más tipos de vivienda, más independencia y, si te resulta útil, una cocina.

Moverse por la ciudad

Shanghái es una ciudad demasiado grande como para recorrerla entera a pie. Aunque muchos puntos interesantes están a una distancia corta entre ellos, necesitarás encontrar un medio de transporte para llevarte una idea general de la ciudad.

Taxi

Los atascos en Shanghái son, desgraciadamente, el pan de cada día. La experiencia me lleva a recomendarte encarecidamente que no tomes taxis, porque acabarás media hora sin moverte en una autopista sin posibilidad de bajarte. Los taxis no son caros, pero existe una alternativa infinitamente mejor.

Metro

Y esa alternativa es, sin duda alguna, el metro. Una infraestructura moderna, segura, adaptada a extranjeros y con máquinas de autoservicio (también en mandarín y en inglés) que hacen de esta una opción rápida, barata y sin confusiones posibles. El precio ronda los 4 yuanes chinos, unos 0,50€.

Bicicleta

Para una experiencia por superficie, no hay nada como utilizar las bicicletas de alquiler temporal que inundan las aceras de esta y muchas otras ciudades chinas. Basta con descargarse una de las apps de cualquiera de las empresas que prestan servicio (como Mobike), recargar la cuenta y escanear el código QR de cualquier bicicleta (con la cámara del teléfono y la app abierta). El precio son apenas 0,10€ por cada media hora. Créeme: aunque al principio parece una odisea en una ciudad como esta, tu perspectiva de Shanghái cambiará completamente al moverte en bicicleta.

Principales zonas

Shanghái es una ciudad enorme, aunque sus principales atractivos no están muy alejados los unos de los otros. Estas son las zonas principales que no puedes dejar de visitar.

Pudong

Al otro lado de la bahía y frente a The Bund, Pudong es una zona que se ha desarrollado en los últimos 10 años.

Hace dos décadas no existían más que algunas casas bajas de trabajadores sin grandes recursos; pero eso fue hasta que la ciudad empezó a experimentar el boom económico en el que aún está inmersa. Hoy esta es una zona repleta de centros comerciales de marcas de lujo, rascacielos, sedes de grandes empresas y tiendas de las principales marcas del país y del extranjero. Vale la pena visitarla aunque solo sea por ver The Pearl (la perla) de cerca.

Las principales calles de Pudong, como veis, son elevadas y las avenidas para el tráfico son absolutamente gigantes.

Tianzifang

Sin duda alguna una de las zonas con más encanto de Shanghái, repleta de tiendas para todos los gustos: jabones, recuerdos, zumos, aperitivos de todas partes de China, restaurantes y mucha, mucha gente a cualquier hora del día.

Templo ‘Ciudad de Dios’ (City God Temple)

La habilidad de los chinos por convertir cualquier cosa en una zona comercial tiene en este «Templo» su máximo exponente. La visita vale la pena porque, además, la zona es lo único que queda del Shanghái más clásico, antes de la reciente modernización de la ciudad. Más un centro comercial que un templo, la entrada es gratuita y se puede pasear por su multitud de calles, pasarelas sobre el agua y corredores entre tiendas.

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